Treinta y ocho cristianos que fueron secuestrados durante un servicio religioso la semana pasada en Nigeria han sido rescatados en una operación de las fuerzas de seguridad del país.
Las víctimas fueron secuestradas durante un ataque islamista a la Iglesia de Cristo en la ciudad de Eruku, estado de Kwara, el 18 de noviembre.
Una transmisión en vivo del servicio capturó el momento en que diez yihadistas armados irrumpieron en la iglesia y abrieron fuego contra los fieles. Varios miembros murieron, incluido el pastor.
La liberación de los 38 cristianos fue anunciada por el gobierno de Kwara, dirigido por Abdul Rahman Abdul Razaq, quien afirmó que la operación de rescate fue una intervención directa del presidente Bola Tinubu.
Según TVC News, el presidente nigeriano canceló su viaje a la cumbre del G20 en Sudáfrica para abordar “brechas de seguridad” en los estados de Kwara y Kebbi.
El gobernador también informó que en la operación participaron varias agencias gubernamentales: la oficina del Asesor de Seguridad Nacional, el Departamento de Servicios Estatales, el Ejército de Nigeria, la Agencia de Inteligencia de Nigeria y la Policía de Nigeria.
En un comunicado, Christian Solidarity Worldwide, una organización que apoya a los cristianos perseguidos, dijo que los secuestradores eran miembros de una milicia fulani y que exigieron 69.000 dólares por persona, reduciendo posteriormente el rescate a unos 14.000 dólares.
secuestros masivos
El ataque a la Iglesia de Cristo fue uno de varios casos recientes de secuestros masivos y ataques a instituciones cristianas en Nigeria.
El viernes pasado (21), 303 estudiantes y 12 profesores fueron secuestrados por hombres armados en una escuela católica en el estado de Níger.
La semana pasada, delincuentes irrumpieron en un internado estatal para niñas en el estado noroccidental de Kebbi y secuestraron a 25 alumnas , incluidas niñas cristianas. Durante el ataque, el subdirector del colegio fue asesinado a tiros.
A pesar de los crecientes ataques contra iglesias y aldeas cristianas, el gobierno nigeriano niega que se esté produciendo un genocidio.
Las autoridades del país insisten en que la violencia es resultado de las acciones de “bandidos armados” y no de una persecución religiosa sistemática, una posición cuestionada por organizaciones internacionales de derechos humanos y líderes cristianos locales.
A principios de este mes, el presidente estadounidense Donald Trump designó a Nigeria como “país de particular preocupación” en virtud de la Ley de Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos, lo que indica que su administración consideraba que el país había participado o tolerado “violaciones sistemáticas, continuas y graves de la libertad religiosa”.

