Autoridades chinas irrumpen culto en iglesia subterránea y se llevan a la fuerza al pastor

En una operación sorpresiva, autoridades chinas invadieron el culto dominical de la filial Tianhe de la Iglesia Reformada Bíblica de Guangzhou, interrumpiendo la predicación ante unos 20-30 cristianos y retirando por la fuerza al pastor del púlpito.

Más de una docena de funcionarios de agencias gubernamentales, como asuntos religiosos y seguridad pública y nacional, rodearon el lugar, exigieron documentos de todos los asistentes y prohibieron cualquier tipo de grabación.

Los agentes declararon que la reunión era ilegal al no estar registrada conforme a las nuevas regulaciones estatales. La organización ChinaAid, dedicada a la defensa de la libertad religiosa, denunció que este tipo de acciones son reflejo de la creciente presión sobre las iglesias domésticas independientes que no aceptan el control oficial del Partido Comunista.

La Iglesia Reformada Bíblica de Guangzhou, bajo el liderazgo del pastor Huang Xiaoning, ha sido objetivo de restricciones y vigilancia constante desde 2018, enfrentando múltiples formas de persecución oficial.

En medio del operativo, los creyentes intentaron mantener la calma y clamaron por serenidad y oración, demostrando resiliencia frente a la represión estatal.

Expertos y activistas señalaron que este tipo de operaciones evidencian el endurecimiento de las autoridades ante el crecimiento de grupos cristianos independientes, que rechazan formar parte de las estructuras religiosas reguladas por el gobierno.

La postura de estas comunidades desafía el discurso oficial de “libertad religiosa con características chinas” promovido por el régimen. El incidente pone de manifiesto la tensión entre la fe cristiana y el estado en la China contemporánea, según comentó ChinaAid.

A medida que el control estatal sobre las prácticas religiosas se refuerza, los cristianos no registrados siguen buscando maneras de congregarse y expresar su fe, pese a la vigilancia e intimidación crecientes.

ChinaAid, fundada por el pastor Bob Fu, afirma que las operaciones policiales contra iglesias domésticas aumentan el riesgo, pero también fortalecen el sentido de comunidad y resistencia entre los creyentes.

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