La reciente detención oficial de dieciocho líderes de la iglesia Zion en China, uno de los mayores ataques a cristianos desde 2018, ha generado una ola de presión internacional. Los arrestos forman parte de una ofensiva del Partido Comunista Chino que mantiene en prisión a casi treinta pastores y líderes en al menos siete ciudades.
Entre los detenidos está el fundador de la iglesia, el pastor Jin “Ezra” Mingri, quien permanece bajo custodia en Beihai. Según sus familiares y abogados, los líderes han enfrentado incomunicación, duros interrogatorios y presión a sus seres queridos, siendo catalogados como presos políticos.
El grupo China Aid denunció que esta acción es una advertencia para todas las iglesias independientes del país: someterse al control del Partido o enfrentar severas represalias. Bob Fu, presidente de China Aid, declaró: “Al convertir a los pastores en presos políticos, el PCCh manda un mensaje a todas las iglesias”.
La iglesia Zion y otras comunidades cristianas chinas han enfrentado durante años cierres, vigilancia, detenciones y violencia por negarse a unirse al Movimiento Patriótico de las Tres Autonomías, vía controlada por el Estado. Las recientes leyes prohíben la enseñanza religiosa en línea fuera de plataformas oficiales y restringen aún más la libertad de culto.
Otra medida adoptada es la inclusión explícita de “actividades religiosas ilegales” en la ley de sanciones administrativas, por lo que líderes y fieles arriesgan prisión incluso por reunirse, enseñar o compartir su fe fuera de canales autorizados por el gobierno.
Mientras tanto, la represión ha despertado una reacción mundial: más de 500 líderes y cristianos de 45 países firmaron una petición de oración por los detenidos. “Que sepan que los cristianos de todo el mundo están con ellos en espíritu y oración”, expresa el documento, que reclama la inmediata liberación de los pastores.
Los firmantes provienen de países vinculados estratégicamente a China mediante tratados comerciales y de inversión internacional, mostrando una solidaridad inédita y global hacia la iglesia perseguida.

