El nuevo lema de las Fuerzas Armadas de Bolivia pasó de “Patria o muerte” a “Dios, familia y patria”, en una decisión impulsada por el alto mando militar y alineada con el gobierno del presidente Rodrigo Paz Pereira. El cambio marca un giro simbólico respecto al histórico eslogan de tinte castrista asociado durante años a la izquierda regional.
El anuncio se conoció a través de mensajes y videos difundidos en redes sociales y medios locales, donde se ve al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas usando públicamente la nueva consigna. En los actos oficiales, el lema “Dios, familia y patria” comenzó a acompañar las formaciones militares y los discursos.
De acuerdo con reportes de prensa, el cambio se enmarca en la sintonía entre el actual liderazgo militar y la administración de Rodrigo Paz, que ha querido distanciarse de la influencia ideológica de gobiernos anteriores. Analistas señalan que el abandono de “Patria o muerte” busca cerrar una etapa marcada por la retórica política inspirada en el castrismo y el chavismo.
En un acto de reconocimiento de las Fuerzas Armadas a su autoridad como Capitán General, celebrado en Sucre, el presidente Paz destacó reiteradamente los valores de “Dios, la familia y la patria” como ejes de su proyecto político. El comandante militar respondió ratificando “el honor, la lealtad y la disciplina” de Ejército, Fuerza Aérea y Armada con la democracia y el gobierno constitucional.
Medios bolivianos han descrito la adopción del lema “Dios, familia y patria” como una señal clara de respaldo de los militares al nuevo gobierno. Imágenes virales muestran a oficiales y tropa coreando la consigna en ceremonias castrenses, mientras algunos portales la presentan como “el fin de una era de influencia del régimen cubano en las Fuerzas Armadas”.
El presidente Paz, por su parte, aprovechó estos actos para pedir a los mandos “recuperar la soberanía” en zonas donde el Estado ha perdido presencia y que calificó como “espacios cautivos” dentro del propio territorio.
“A la patria se la defiende todos los días”, afirmó, al subrayar que no hay “dueños de la tierra ni de las regiones”, sino un pueblo boliviano con derecho a transitar libremente.
En el plano internacional, el mandatario también ha marcado distancias con alineamientos ideológicos anteriores, asegurando que “no me controla la ideología, me manda el pueblo”. Ese discurso refuerza la lectura del nuevo lema militar como parte de un reposicionamiento político y simbólico de Bolivia hacia valores conservadores y nacionales.
Videos difundidos por canales locales muestran que el cambio de consigna ha generado reacciones diversas en la opinión pública. Sectores afines al gobierno celebran la referencia explícita a Dios y la familia como “bendición” para el país, mientras críticos advierten del riesgo de mezclar discurso religioso con instituciones armadas del Estado.
En redes, la frase “Dios, familia y patria” ha sido asumida por simpatizantes como un eslogan identitario del nuevo ciclo político. Algunos la presentan como respuesta a corrientes ideológicas laicistas o de izquierda, y como reivindicación de raíces culturales y religiosas mayoritarias en Bolivia.
La mención de Dios en el lema de las Fuerzas Armadas puede verse como una oportunidad y un desafío. Más que una fórmula ceremonial, apunta a la responsabilidad de que autoridades y militares vivan con integridad, justicia y servicio al prójimo, recordando que la verdadera honra a Dios no se limita a palabras, sino a decisiones que protejan la vida, la familia y el bien común.

