Los últimos días de Charlie Kirk estuvieron marcados por la proclamación activa y valiente de su fe cristiana y la resurrección de Jesús.
En su última publicación en X antes de morir, escribió: “Jesús venció la muerte para que tú puedas vivir”. Estas palabras se han vuelto virales y hoy son citadas como el resumen de su convicción espiritual y propósito público.
Kirk murió el 10 de septiembre tras recibir un disparo mortal en el cuello durante una conferencia universitaria en Utah, poco después de testificar ante miles de jóvenes sobre la realidad histórica y espiritual de Jesucristo.
Justo antes del ataque, hablaba con el público sobre la veracidad de la resurrección de Jesús y en las evidencias bíblicas y extra-bíblicas que la respaldan: la coherencia arqueológica de la Biblia, el impacto transformador de sus enseñanzas y el testimonio de los mártires.
Videos y testimonios directos confirman que Kirk presentaba argumentos sólidos sobre la existencia de Jesús y la fe cristiana, citando no solo textos bíblicos sino también referencias históricas y la disposición de los discípulos a morir por lo que habían visto y creído. Su último acto público fue precisamente confesar el Evangelio y la divinidad de Cristo ante una multitud estudiantil.
“Corintios 5 y 15, es una evidencia asombrosa, no solo evidencia intrabíblica sino extrabíblica, que Jesucristo es real, vivió una vida perfecta, fue crucificado, murió y resucitó al tercer día. El Señor y Dios sobre todo», dijo unos momentos antes de hablar sobre la crisis de violencia que sufre el país por tiroteos y sucesos violentos, hasta que fue herido de muerte.
La repercusión del ataque fue inmediata. Miles manifestaron pesar y condena por el asesinato, mientras líderes sociales y cristianos destacaron la valentía y coherencia de Kirk: “Nunca dudó de su fe, sin importar quién estaba delante”, expresan en redes sociales.
Pastores y amigos cercanos como Rob McCoy subrayaron que Kirk “no murió, sino que comenzó a vivir en verdad”, confiado en la vida eterna por la obra de Cristo.
La comunidad cristiana ve en Kirk no solo a un líder político, sino a un testigo moderno que vivió y proclamó el Evangelio sin temor. Su influencia generó movimientos de discipulado y avivamiento en universidades, inspirando una generación a buscar respuestas y sentido en Jesús.