El presidente colombiano Gustavo Petro y el Ministerio de Hacienda están considerando gravar a las denominaciones religiosas como parte de la nueva reforma tributaria del país.
La propuesta, que busca aumentar la recaudación fiscal, ha generado un intenso debate. Según El Espectador, forma parte de un paquete más amplio de reformas que evalúa el gobierno para mejorar la situación económica del país.
En un comunicado, el Ministerio de Hacienda explicó que “la inclusión de las confesiones religiosas en el régimen fiscal es una medida que se está estudiando con atención”.
El anuncio ha suscitado reacciones encontradas. Algunos sostienen que las iglesias deberían contribuir al tesoro como cualquier otra entidad, mientras que otros sostienen que los impuestos podrían atentar contra la libertad religiosa.
Petro defendió la propuesta, afirmando que “es necesario que todos los sectores de la sociedad contribuyan al desarrollo del país”. Enfatizó que la medida no pretende perjudicar a las iglesias sino garantizar que todos los actores económicos participen en el esfuerzo fiscal. “No se trata de persecución, sino de equidad”, dijo.
Algunos integrantes de diferentes denominaciones han expresado su preocupación por el impacto en sus comunidades, expresando que “Las iglesias realizan una importante labor social y gravarlas podría limitar su capacidad de ayudar”.
El debate también ha llegado al Congreso, donde algunos legisladores apoyan la medida, mientras otros se oponen firmemente.
“Es un tema complejo que requiere de un análisis profundo y de un amplio consenso”, dijo un congresista que pidió el anonimato.
Mientras el Gobierno y el Ministerio de Hacienda continúan evaluando la propuesta, la sociedad colombiana permanece atenta a los potenciales cambios en la nueva reforma tributaria.