
Líderes y ministerios cristianos han unido fuerzas para pedir a Rusia que devuelva a los más de 19.000 niños que han sido secuestrados en Ucrania .
En una carta enviada al presidente Donald Trump y al secretario de Estado Marco Rubio la semana pasada, los líderes informaron que las fuerzas rusas se llevaron a menores ucranianos durante su invasión del país , que comenzó en 2022.
«Estos niños, de entre cuatro meses y 17 años, fueron sometidos a reeducación política, entrenamiento militar y asimilación forzada a la sociedad rusa», afirma el documento.
Muchos fueron ubicados con familias rusas, adoptados ilegalmente y sus certificados de nacimiento fueron alterados para borrar su identidad ucraniana. El gobierno ruso negó a los niños ucranianos el acceso a sus familias, los sometió a maltrato físico y no les proporcionó alimentación ni cuidados adecuados, añadió.
La acción fue encabezada por Myal Greene, presidente de la organización humanitaria evangélica World Relief.
Entre los participantes en la carta se incluyen la Comisión de Ética y Libertad Religiosa de la Convención Bautista del Sur (ERLC); Mark Tooley, presidente del Instituto de Religión y Democracia; Ministerios Nuestro Pan Diario; Centro Land para el Compromiso Cultural del Seminario Teológico Bautista del Suroeste, y la Reverenda Rona Tyndall de la Iglesia Unida de Cristo, entre otros.
Los líderes y ministerios han pedido al presidente de Estados Unidos que garantice el regreso de los niños secuestrados durante las actuales conversaciones de paz entre Ucrania y Rusia.
«No se debe concretar ningún acuerdo de paz hasta que los niños de Ucrania regresen a casa. Les instamos, como líderes del mundo libre, a garantizar que los niños de Ucrania regresen a casa sin condiciones previas antes de las negociaciones de paz», dijeron.
Los niños ucranianos no deben ser utilizados como moneda de cambio en negociaciones geopolíticas. Su seguridad, dignidad y derecho a reunirse con sus familias no deben ser negociables.
El presidente de ERLC, Brent Leatherwood, recordó que es deber de los cristianos defender a los más vulnerables.
“La deportación forzada y el abuso de más de 19.000 niños es perverso y una violación de su dignidad y sus derechos inherentes”, afirmó Leatherwood.
Es nuestra responsabilidad moral y legal garantizar su regreso seguro a sus familias, sin condiciones previas, antes de que se firme cualquier acuerdo de paz. Insto al presidente Trump y al secretario de Estado Marco Rubio a que lideren con valentía y claridad moral para asegurar su libertad.