
El destacado pastor de la Iglesia Presbiteriana Americana PCA, Burk Parsons ha sido suspendido indefinidamente del púlpito después de ser declarado culpable de conducta pastoral inapropiada por el Presbiterio de Florida Central.
Parsons es el pastor principal de la Capilla de San Andrés, una prominente congregación de la PCA en Sanford, Florida, además de director de publicaciones de Ligonier Ministries, editor de la revista Tabletalk y profesor asociado de Ligonier Ministries. Hace meses, fue acusado de conducta y temperamento personal.
La Comisión Judicial del Presbiterio de Florida Central anunció que, después de escuchar el testimonio de casi 60 testigos y llevar a cabo más de 45 horas de procedimientos judiciales, lo que resultó en dos días completos de deliberación, lo declararon culpable por unanimidad de tres cargos:
• Ser duro, desagradable y poco amable con aquellos que están bajo su cuidado o con quienes interactúa.
• No ser un líder servidor humilde sino más bien “que se enseñoreaba de los demás” (es decir, era autocrático) y era dominante, contencioso y pendenciero/pugnaz en su liderazgo, de modo que aquellos a su cuidado y en su “órbita de liderazgo” se sentían intimidados, acosados y/o temerosos.
• Calumniar y/o degradar a otros siervos e iglesias de nuestro Señor.
Algunos de los detalles (más) específicos incluyen acciones hacia los Ancianos Residentes (RE) y los congregantes.
Según el informe:
La Comisión votó unánimemente suspender indefinidamente a Parsons (Anciano Docente) de su cargo, pero no de los sacramentos, alegando insuficientes señales de arrepentimiento y la necesidad de una reflexión pastoral sobre su vocación como anciano.
Durante este periodo, Parsons no podrá participar en las funciones de un anciano, incluyendo la predicación, la enseñanza, la administración de los sacramentos ni la participación en los tribunales eclesiásticos.
La Comisión revela que la suspensión permanece vigente hasta que se presenten pruebas satisfactorias de arrepentimiento.
Cabe destacar que esta no es la primera vez que Parsons enfrenta este tipo de acusaciones. Parsons se declaró culpable de cargos similares en 2019 y recibió una amonestación en ese momento.
Esto, junto con los informes posteriores de daño relacional y un ambiente de liderazgo insalubre, ocurridos tanto antes como después del incidente de 2019, indica un patrón sin resolver, lo que llevó a la Comisión a discernir que la suspensión indefinida era la sanción apropiada. Parsons planea apelar la decisión.