
Un exactivista de Malta se enfrenta a un largo proceso legal e incluso podría ser encarcelado por compartir su fe. Matthew Grech afirmó haber abandonado su vida homosexual tras convertirse al cristianismo y ahora enfrenta acciones legales por ello.
En una entrevista con CBN News, Grech explicó que regresó a la corte el 16 de julio para intentar evitar una posible condena de cinco meses de prisión y multas. Se le acusa de «promover prácticas de conversión». Se espera que la decisión final sobre el caso se conozca en octubre.
Todo comenzó cuando apareció en un programa de televisión local en Malta y compartió cómo su vida se transformó tras conocer a Jesús. Los presentadores de PMnews Malta lo entrevistaron para conocer su opinión sobre la prohibición de la llamada «terapia de conversión» en el país.
Desde 2016, Malta se ha convertido en el primer país de la Unión Europea en prohibir cualquier intento de cambiar o suprimir la orientación sexual, la identidad o la expresión de género de una persona. La ley prevé sanciones severas, que incluyen multas e incluso prisión.
Me invitaron a contar mi historia y responder preguntas sobre el tema. Durante la entrevista, mencioné una organización que apoya a personas que han decidido abandonar el movimiento LGBT y buscan vivir una sexualidad acorde con los principios bíblicos, explicó Grech.
Matthew afirmó que no estaba imponiendo nada a nadie, simplemente compartiendo su experiencia personal de fe y transformación. Sin embargo, la mera mención de su testimonio y la existencia de organizaciones cristianas que acogen a personas que desean abandonar el estilo de vida LGBT fue interpretada por las autoridades como una «promoción» de prácticas prohibidas por la ley maltesa.
«Hablé de mi propia vida con respeto, sin atacar a nadie. Simplemente hablé de lo que Dios hizo por mí», explicó. «Pero en Malta, esto se considera un delito. Nos acercamos a un momento en el que incluso compartir lo que Cristo hizo en tu vida puede ser castigado con prisión».
Organizaciones cristianas de todo el mundo han seguido el caso con preocupación, considerándolo un ataque directo a la libertad religiosa y de expresión. Para muchos, el juicio de Matthew Grech sienta un precedente peligroso que podría afectar no solo a los cristianos de Malta, sino también a otros países occidentales que comparten la misma ideología.
Grech ha recibido apoyo legal y espiritual de organizaciones que defienden los derechos de los cristianos perseguidos. Continúa afirmando que su deseo no es generar controversia, sino simplemente tener el derecho a compartir su historia y su fe libremente.
«No estoy aquí para obligar a nadie a cambiar, pero creo que todo ser humano debería tener derecho a escuchar historias diferentes y decidir qué quiere para su vida. Si compartir mi testimonio se vuelve ilegal, la libertad en Malta estará en peligro», declaró.