
Un cristiano que vivía encadenado fue rescatado recientemente de la esclavitud junto con su familia en Pakistán .
La libertad del hombre, su esposa y sus cuatro hijos fue comprada con la ayuda de cristianos brasileños en asociación con una iglesia local.
«Vivió encadenado durante siete años, pero durante el día le permitían trabajar. Estuvo esclavizado durante casi 30 años. Muchas familias claman al Señor por ayuda, pero muchas también han perdido la esperanza», dijo la misionera Camila Duarte Jacobson en un video de Instagram la semana pasada.
Durante un viaje misionero al país de mayoría musulmana, Camila fue impactada por la realidad de las familias cristianas esclavizadas en fábricas de ladrillos.
Entonces decidió hacer algo y creó una campaña en línea para recaudar dinero para liberar a sus hermanos paquistaníes.
El hombre y su familia recibieron $1,850 por su libertad. Se mudaron a un nuevo lugar y recibieron ayuda de la misión para comenzar una nueva vida.
Fue el final de una vida llena de sufrimiento. Los niños ya no necesitarán trabajar.
“Antes eran hijos de esclavos; hoy son hijos de microempresarios. Y este padre de familia recuperó su dignidad y su sonrisa”, testificó Camila.
En total, cinco familias cristianas ya han sido rescatadas de la esclavitud gracias a la campaña misionera.
Aunque lo vi con mis propios ojos, me costó creer que fuera real. En las fábricas de ladrillos, los cristianos son utilizados como esclavos. Se pasan el día haciendo ladrillos para sus dueños, y lo que reciben no les alcanza para sobrevivir —explicó Camila.
Y esto los obliga a endeudarse. Deuda para alimentarse, para cubrir las necesidades básicas, para sobrevivir. Y así, nunca serán libres, porque esta deuda se vuelve impagable. Deudas que pasan de generación en generación.
La familia del pastor fue rescatada
Los primeros cristianos liberados por la campaña misionera fueron la familia de un pastor. Este se convirtió en esclavo tras negarse a abandonar su fe cristiana.
Más tarde, el pastor fue asesinado mientras trabajaba en la fábrica de ladrillos y su esposa e hijos quedaron esclavos de un musulmán.
«Sus hijas estaban siendo utilizadas como esclavas sexuales por su ‘dueño’ musulmán. Se fueron a una zona segura para empezar de nuevo, y seguiremos apoyándolas», informó Camila.