Marco Rubio acusa al régimen de Ortega de reprimir a la Iglesia y amenazar la estabilidad regional.

«En el caso de Nicaragua, se ha convertido en una dinastía familiar con una presidencia donde han tratado de eliminar, a la Iglesia. Cualquiera que represente una amenaza para el régimen ha sido castigado», declaró Rubio.

Estas acciones, según él, forman parte de una estrategia más amplia para silenciar a cualquier voz disidente que pueda desafiar la autoridad del gobierno nicaragüense.

Rubio también relacionó esta represión con la crisis migratoria que enfrenta la región, señalando que el escenario nicaragüense, así como el de Venezuela y Cuba, ha obligado a miles a huir del país. «Si no fuera por esos tres regímenes, no habría una crisis migratoria en el hemisferio», afirmó. Esta observación destaca la conexión entre las políticas autoritarias y las olas migratorias que afectan a América Latina y Estados Unidos.

En la conferencia de prensa, el Secretario de Estado mencionó el rol de Nicaragua en el Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y Estados Unidos (CAFTA), afirmando que, aunque en un principio el país fue incluido para fortalecer la democracia, la realidad es diferente en la actualidad. «Hoy en día, hay que reconocer que Nicaragua no es una democracia, no funciona como una democracia», sostuvo Rubio.

Esta gira refuerza el compromiso de Washington con la estabilidad en Centroamérica, en un contexto marcado por el auge de gobiernos autoritarios y los retos migratorios. Las declaraciones de Rubio subrayan la postura de Estados Unidos frente a los regímenes que considera represivos y su interés en promover la democracia y los derechos humanos en la región.

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