
Fundada en 2001, la Wikipedia, enciclopedia en línea de libre acceso por excelencia, se ha convertido en una de las cinco páginas web más visitadas. El pasado 5 de febrero, uno de sus fundadores, Larry Sanger, reveló en su blog que profesa la fe cristiana, explicando el camino que le había llevado hasta ello.
Sanger nació en 1968, en una familia cristiana que asistía regularmente a la Iglesia Luterana Missouri Synod. Pero aunque a los doce años se confirmó en dicha iglesia, poco a poco se fue alejando de la fe, a lo que contribuyó que su familia dejara de congregarse. “Probablemente”, afirma, “dejé de creer en Dios con 14 o 15 años”.
Aquel adolescente a quien desde pequeño sus líderes le increparon por “hacer demasiadas preguntas”, encaminó su pasión hacia la disciplina de la Filosofía. Como bien reconoce en su blog, pronto interpretó la creencia en Dios como algo irracional, solamente aceptada por los que no eran capaces de responder preguntas difíciles.
Siempre sintió que tenía una misión personal de buscar la verdad. Esto le llevó a graduarse en Filosofía y emprender el camino necesario para ser profesor de Universidad, relacionándose con irracionalistas, nihilistas y objetivistas. Desencantado por las respuestas que esas corrientes aportaban a sus preguntas, se puso como objetivo desarrollar su propio sistema filosófico, a sabiendas de que quizás era una meta demasiado ambiciosa.
Finalmente, decidió alejarse del mundo académico. Tras presentar su tesis doctoral en 2000, continuó dando clases en varias universidades hasta 2005, cuando empezó a dedicarse por completo a sus proyectos en Internet, incluyendo Wikipedia.
Su postura con respecto a Dios se orientó inicialmente hacia el agnosticismo. “Ni siquiera sé lo que ‘Dios’ significa”, y “cualquier argumento que use el concepto de Dios es un sinsentido”, solía decir. Sin embargo, algo se removió dentro de él cuando en 1994 uno de sus alumnos le expuso el argumento del “Ajuste Fino” para justificar la existencia de Dios. “Muy a mi pesar, tenía lágrimas en los ojos. Incluso a día de hoy sigo sin saber muy bien por qué”.
Nunca simpatizó con los ateos más apasionados de su tiempo, como Richard Dawkins. De hecho, consideraba sus argumentos “groseros y detestables”. Esto le llevó a posicionarse en el lado teísta de los debates, y si bien seguía considerándose agnóstico, su respeto hacia los filósofos creyentes y sus argumentos hizo que juzgara la creencia en la existencia de Dios como “racional, al menos”.
Algo empieza a cambiar
Más allá de su opinión intelectual sobre la fe, su matrimonio en 2001 y el nacimiento de su primer hijo cinco años más tarde hicieron que cambiara su postura también en cuanto a la ética, cuestionando las posturas ateas. “Si estoy dispuesto a morir por mi mujer y mis hijos, ¿estaría actuando en interés propio?”, se preguntaba.
Mientras sus razones para no creer “se desvanecían una a una”, su actitud hacia la Biblia cambiaba ligeramente. Larry comenzó en 2010 a leer ocasionalmente algunos fragmentos de historias bíblicas a sus hijos. Pero para él no eran más que eso, historias sin mayor relevancia: “Simplemente supuse que no había nada terriblemente profundo que entender”.
Su consideración sobre la religión se volvió más favorable al observar detenidamente el mundo que le rodeaba. “Como una fuerza cultural seria, que nos inspira a vivir bien, la religión es una pálida sombra de lo que fue. Incluso como no creyente, me parece una pérdida muy profunda.”
“Nunca temí volverme religioso. Simplemente era incapaz, porque me parecía totalmente injustificable”. Por eso, cuando a partir de 2017 comenzó a escribir ensayos filosóficos sobre Dios, el bien y el mal, algo cambió. Ahora no solo veía creer en Dios como algo razonable o tolerable, sino como algo “agradable”, sintiéndose atraído hacia el cristianismo.
Redescubrir una Biblia que responde a sus preguntas
Las nuevas averiguaciones sobre el “caso Epstein”, que pusieron al descubierto toda una trama organizada de tráfico y explotación sexual de menores, le horrorizaron. “¿En qué clase de mundo vivimos si nuestras instituciones permiten que esto pase con impunidad?”
Gracias a los libros que le recomendó una de sus amistades, descubrió la conexión entre este tipo de abusos y el ocultismo. Cuanto más leía sobre ello, más incomodidad sentía con el tema. Aunque acabó dejando de informarse sobre la materia, ni siquiera desde un punto de vista académico o crítico, esta experiencia alimentó su curiosidad por la Biblia.
“Empecé a leer la Biblia”, y “cuando realmente busqué entenderla, me di cuenta de que era más interesante y coherente”, asegura. “La Biblia podía resistir el interrogatorio; ¿quién lo diría?” Comprobar no solamente que sus preguntas nunca eran “demasiadas”, sino que la Biblia además tenía respuestas para ellas, ayudó a derribar la barrera que inicialmente le alejó de Dios.
El siguiente paso fue empezar a “hablar con Dios”, sospechosamente acercándose a la idea de orar que había conocido desde pequeño. Llegado a este punto, “ya había empezado a creer en Dios”, confiesa Sanger, “pero no estaba preparado para admitirlo ante mí mismo”.
Su conversión al cristianismo
A la luz de sus nuevas experiencias, rexaminó los argumentos a favor de la existencia de Dios que había conocido hasta entonces, y empezó a escribir sus propias reflexiones sobre el tema. Todas ellas son esbozadas en la segunda parte de su entrada en el blog. Fue entonces cuando salió de su propio engaño, reconociendo en febrero de 2020 que creía en Dios.
Dios existe: argumento filosófico a favor del Dios cristianos (God Exists: A Philosophical Case for the Christian God) comenzó siendo un artículo más de su blog, subido a mediados de 2020. Pero rápidamente se dio cuenta de que tenía potencial como libro, de manera que lo retiró de la web y a día de hoy sigue trabajando en su publicación.
Al fin y al cabo, parece ser que Sanger sí que acabó escribiendo su propio sistema filosófico, solo que a la luz del Evangelio.
En los últimos párrafos de su comunicado, Larry confiesa que aún no forma parte de ninguna iglesia. “Sé que estoy llamado a alabar junto a mis hermanos y hermanas en Cristo”, reconoce, pero “sigo haciendo demasiadas preguntas”. Comenta que “no querría empezar a contradecir públicamente mi propia denominación”, refiriéndose a la posible publicación de un libro y a su actividad en línea.
“Nunca tuve una experiencia de conversión alucinante. Me acerqué a la fe en Dios lentamente y a regañadientes —con gran interés, sí, pero lleno de confusión y consternación”, cuenta el filósofo.