
El pastor John Piper abordó la inquietud de muchos creyentes sobre si el Cielo podría volverse monótono después de millones de años. Piper reconoció que es difícil para la mente humana comprender la eternidad, ya que nuestra experiencia está limitada por el tiempo y la rutina, pero aseguró que el gozo en la presencia de Dios será siempre nuevo y sorprendente.
Citando Eclesiastés 3:11, Piper explicó que Dios ha puesto en el corazón humano el anhelo de lo eterno, aunque no podamos entenderlo por completo. Esta incapacidad de abarcar la eternidad no debe desanimarnos, pues es parte de cómo Dios nos creó, con una sed de algo que solo Él puede saciar.
Piper mencionó la famosa cita de C.S. Lewis: “Si encuentro en mí un deseo que ninguna experiencia de este mundo puede satisfacer, la explicación más probable es que fui hecho para otro mundo”. Así, el deseo de plenitud y asombro apunta a una realidad celestial mucho mayor que cualquier cosa terrenal.
El pastor destacó que la Biblia ofrece “pistas” sobre la gloria del Cielo, como la descripción de la Nueva Jerusalén en Apocalipsis 21:18, donde el oro es tan puro que parece cristal. Según Piper, este lenguaje extraño busca expandir nuestra imaginación y mostrarnos que la gloria celestial supera todo lo que conocemos.
Además, citó 1 Corintios 15 para recordar que los creyentes recibirán cuerpos transformados, capaces de disfrutar eternamente de la presencia y la gloria de Dios. “No te cansarás nunca de ver la gloria, de asombrarte, de refrescarte y de alegrarte para siempre”, afirmó Piper.
Piper también se refirió a la oración de Jesús en Juan 17:24-26, donde Cristo pide que sus seguidores participen de la misma gloria y amor que existe en la Trinidad. Esto significa que los redimidos tendrán una capacidad de gozo y amor infinitamente creciente, compartiendo la felicidad eterna de Dios mismo.
Enfatizó que la experiencia del Cielo será dinámica y llena de descubrimiento, no estática ni repetitiva. Cada momento será mejor que el anterior, y la satisfacción de ver y disfrutar a Dios crecerá sin fin, porque Dios es infinito y nosotros siempre podremos conocerlo más.
Para finalizar su mensaje, Piper recordó que el verdadero gozo del Cielo no está en los placeres temporales, sino en la comunión perfecta con Cristo. La Escritura enseña que “en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre” (Salmo 16:11), asegurando que la eternidad con Dios nunca será aburrida, sino una aventura de gozo eterno y creciente.