
Leandro de Souza, quien una vez fue considerado el hombre más tatuado de Brasil , testificó que está experimentando una transformación después de su conversión a Jesús.
En un video compartido en Instagram por el evangelista Clebison Bandeira, Leandro dijo que lleva tres años experimentando una nueva vida.
“Hoy asisto a la iglesia. Antes vivía en las drogas, pero un dia experimente el perdón ”, dijo.
El ex adicto está siendo sometido a varios procedimientos para eliminar los tatuajes , que cubrían el 95% de su cuerpo. Ha compartido la esperanza del Evangelio a los perdidos.
Clebison conoció al joven durante una acción evangelística en la ciudad de Bagé, el mes pasado, y dijo que el encuentro le dejó una gran impresión.
Esto me hizo reflexionar sobre cómo la gracia de Dios no tiene límites. Leandro consumía drogas, vivía en pecado, era tatuador y tenía casi todo el cuerpo tatuado. Pero la gracia de Dios lo alcanzó —dijo—.
“Hoy le están quitando los tatuajes, pero antes de que se borraran, la sangre de Jesús ya había quitado los pecados de su alma”, celebró Clebison.
Infancia sufriente
En 1989, Leandro fue encontrado en una caja de zapatos cuando era recién nacido por su actual madrina —una consejera de protección infantil— en Rio Grande do Sul. Luego intervino para que pudiera ser adoptado por su madre, una maestra jubilada de una escuela pública.
Cuando era niño, Leandro sufrió abusos sexuales a manos de un policía militar que frecuentaba la casa de su niñera.
Este policía abusaba de mí y me obligaba a realizar actos sexuales. Esto comenzó cuando tenía tan solo 4 años, en 1994. Estas experiencias traumáticas me impactaron profundamente y contribuyeron a muchas de las decisiones que tomé posteriormente en mi vida, dijo.
En su adolescencia y juventud enfrentó varios retos hasta involucrarse con las drogas y luego terminó en prisión por fraude.
Rescatado por Dios
Hasta que Leandro fue alcanzado a través de la evangelización en el Refugio Municipal de la ciudad de Bagé (RS), donde una trabajadora llamada Taís le presentó a Jesús y lo invitó a ir a la iglesia.
Después de 15 días, fue transformado por el Evangelio de Cristo y bautizado en agua.
“El Evangelio es renuncia. Dejé de tatuarme y de tatuar a otros cuando comprendí que hay cosas más importantes que hacer después de una verdadera conversión. Hoy me dedico a la evangelización, llevando nuestro pan de cada día, que es la Palabra de Dios que sana, libera y transforma”, declaró Leandro en una publicación de Instagram.