
La semana pasada, una comunidad cristiana fue atacada por una pandilla en Haití , dejando cuatro víctimas, casas quemadas y muchas personas sin hogar.
La comunidad de Petite Rivière, en el centro de Haití, ha sido atacada dos veces por la pandilla Gran Grif. La violencia afectó a los socios de “Every Man a Warrior”, un ministerio de discipulado de Trans World Radio (TWR).
«No sabemos con certeza cómo compran estas armas. Es imposible que las compren, así que tienen a alguien que los apoya para hacerlo», dijo el trabajador Obed* a Mission Network News.
Para él, la ola de violencia en el país no es una batalla física, sino espiritual: «Es más que una guerra física. La mayoría de la banda son sacerdotes vudú . Así que practican el vudú y actúan como si todo lo que dicen se refiriera a eso».
Muchas iglesias están cerradas ahora mismo. Por eso, creo que esto no es algo que solo afecte a Haití. Creo que esto debería conmover al mundo entero, a todos los cristianos, para que nos unamos en oración y apoyemos a nuestros hermanos y hermanas en Haití», añadió.
Ayuda para los sobrevivientes
Según Obed, la misión planea ayudar a algunos residentes desplazados de Petite Rivière a reubicarse y encontrar refugio seguro.
Tienen una propiedad cerca de la frontera con República Dominicana, que pretenden utilizar para asentar a personas desplazadas.
Oramos para que Dios nos ayude a superar esta situación, porque nuestra misión era hacer discípulos. Estas personas son pacíficas y ahora necesitan salir de sus hogares, concluyó.