El pastor cristiano Ma Yan, miembro del pueblo Hui en China, fue liberado el pasado 17 de abril tras pasar más de ocho meses en prisión por “organizar reuniones ilegales”.
Ma fue arrestado luego de una reunión cristiana de menos de diez personas en el distrito de Jinfeng, Ningxia, que fue allanada por la policía el 9 de agosto de 2024. Aunque fue sentenciado a nueve meses de prisión el 24 de marzo de este año, su tiempo fue reducido por días previos bajo detención administrativa. Según Christian Solidarity Worldwide (CSW), Ma se declaró culpable para evitar una pena más grave, ya que ese cargo no conlleva la misma carga moral ni las consecuencias de acusaciones más severas.
“Estamos aliviados por la liberación del pastor Ma Yan y su reencuentro con su familia, pero sostenemos que nunca debió haber sido detenido”, afirmó Mervyn Thomas, presidente fundador de CSW. “Exhortamos a las autoridades chinas a garantizar que ahora pueda disfrutar de su libertad sin acoso”, añadió.
Sin embargo, la liberación de Ma contrasta con el continuo hostigamiento a otros cristianos. Las esposas de los pastores Li Jie y Han Xiaodong, de la iglesia Linfen Covenant House, denunciaron persecución constante. Chen Ying, esposa de Han, ha recibido llamadas intimidatorias de un supuesto funcionario de Xi’an. Tanto ella como Li Shanshan, esposa de Li, temen salir de sus casas por temor a ser secuestradas.
Además, el pasado 14 de abril concluyó el juicio contra siete miembros de la iglesia Golden Lampstand, detenidos desde 2021 por cargos infundados de fraude tras un bautismo masivo en Linfen. Durante el proceso judicial, al abogado defensor no se le permitió ingresar su computadora a la sala, y se sospecha que el veredicto ya estaba definido de antemano. La sentencia se anunciará próximamente.
“Condenamos la continua detención de los líderes y miembros de estas iglesias domésticas, todos ellos inocentes”, sostuvo Thomas. “Pedimos su liberación inmediata e incondicional, y un alto al acoso contra sus familias.”
Christian Solidarity Worldwide renovó su llamado a la oración por la iglesia perseguida en China y pidió a la comunidad internacional mantenerse vigilante ante las violaciones a la libertad religiosa.