
Un juez federal ordenĂł al Distrito Escolar de Encinitas, California, notificar a los padres y permitirles retirar a sus hijos de actividades escolares que promuevan ideologĂa de gĂ©nero.
La decisiĂłn surge tras una demanda de dos familias cuyos hijos de quinto grado, en la escuela La Costa Heights, fueron obligados a participar en una clase donde debĂan afirmar el libro “My Shadow is Pink”, que enseña a cuestionar la identidad de gĂ©nero.
El programa, denominado “buddy classes”, emparejaba a estudiantes de quinto grado con niños de kĂnder para transmitir estos mensajes. Los padres denunciaron que la lecciĂłn iba en contra de sus creencias religiosas y que la escuela negĂł su derecho a ser informados y a optar por no participar, a diferencia de otras actividades donde sĂ existen exenciones, como las disecciones de animales.
La organización First Liberty, que representó a las familias, argumentó que obligar a los niños a afirmar ideas contrarias a su fe viola la Primera Enmienda de la Constitución de EE.UU.
El juez James Lorenz coincidiĂł, señalando que “compeler a alguien a apoyar ideas que rechaza es inconstitucional” y que el programa era obligatorio dentro del currĂculo escolar.
La orden judicial establece que cualquier actividad o material sobre identidad de género en el programa debe ser notificado previamente a los padres, quienes podrán decidir si sus hijos participan o no. First Liberty celebró el fallo como un triunfo para la libertad religiosa y los derechos de los padres.
Este caso se suma al debate nacional sobre el rol de los padres en la educación y la transparencia de los contenidos escolares. Organizaciones de derechos civiles y padres cristianos han alertado sobre la importancia de que las familias tengan voz y decisión ante temas sensibles como la identidad de género.
La resoluciĂłn refuerza el principio bĂblico de que los padres son los principales responsables de la formaciĂłn moral y espiritual de sus hijos. La fe nos enseña que la educaciĂłn debe respetar la conciencia y las convicciones familiares, promoviendo la verdad y la libertad.
Este fallo anima a los padres a mantenerse informados y participar activamente en la vida escolar de sus hijos, defendiendo el derecho a educarles conforme a sus valores y creencias.