
Júlio César, un joven originario de Minas Gerais, sobrevivió a un disparo en la cabeza que le hizo perder el 50% de su masa cerebral. Hoy, a los 26 años, da un testimonio del milagro que transformó su vida, tras abandonar el crimen y reconocer a Jesús como su salvador.
Criado desde los ocho años en la comunidad de Campo da Brama, en São Gonçalo, Júlio tuvo una infancia marcada por la violencia y el abandono escolar. A los 13 años ya acumulaba siete antecedentes policiales y fue en prisión donde aprendió a leer, utilizando la Biblia como su primer libro.
“La vida del crimen es una ilusión del enemigo. Pensamos que tendremos poder, pero todo es temporal. Satanás da con una mano y quita con la otra”, relató en el podcast 01 Sobreviventes.
Aunque en su adolescencia tuvo encuentros con Dios, pronto volvió al narcotráfico, convirtiéndose en guardaespaldas de un capo en Chapadão y participando en robos armados.
Su historia cambió radicalmente tras recibir un disparo de rifle que lo dejó en coma. Milagrosamente, sobrevivió y reconoció a Jesús y desde entonces comparte a otros de Jesús.
“Me dispararon, perdí la mitad de mi cerebro y estoy de pie para la gloria de Jesús. Hoy vivo una vida con mi familia”, afirmó.
Desde hace ocho años, Júlio ha dejado atrás las drogas y el crimen. Ahora dedica su vida a inspirar a otros jóvenes a cambiar de rumbo. “El diablo te ofrece una bandeja, pero Dios te prepara una mesa, dijo.