ALERTA: Crece la moda de los bebés hiperrealistas y las preocupaciones por la salud mental de quienes los compran.

Las muñecas hiperrealistas o reborn, réplicas hiperrealistas de bebés, se han popularizado muchos países, generando debates sobre salud mental, prácticas terapéuticas y hasta propuestas legislativas.

El precio de los muñecos reborn varía ampliamente a nivel mundial según el nivel de realismo, la calidad de los materiales y si son piezas artesanales o de producción en serie. Los modelos más básicos y de producción industrial pueden encontrarse desde 50 a 100 euros o dólares, especialmente en plataformas como Amazon, AliExpress o tiendas especializadas en España y Latinoamérica.

Los ejemplares más exclusivos, considerados obras de arte, pueden alcanzar precios de hasta 15.000 euros o más, especialmente si incorporan tecnología animatrónica o inteligencia artificial, y requieren meses de trabajo manual. Estos modelos suelen estar destinados a coleccionistas o a usos terapéuticos muy específicos.

Según el nivel de personalización, son tratadas como hijos por muchos adultos, quienes simulan rutinas maternas, celebran cumpleaños y hasta buscan ritos religiosos para ellas.

Los cristianos han alertado que este fenómeno refleja “vacíos emocionales no resueltos”. Compartiendo su experiencia personal de luto, enfatiza que “ninguna muñeca sustituye a un ser humano” y que la verdadera sanidad viene del acompañamiento terapéutico y la fe en Dios, no de la creación de vínculos con objetos.

Especialistas reconocen que, en casos como el Alzheimer o el luto, las reborn pueden ofrecer consuelo temporal. Sin embargo, el problema surge cuando sustituyen relaciones reales, creando una fantasía sin conflictos ni desafíos, lo que puede amplificar el aislamiento y la desconexión social.

El fenómeno ha llegado incluso al ámbito jurídico y legislativo. Se han registrado disputas legales por la “guarda compartida” de muñecas tras separaciones y proyectos de ley que buscan restringir el uso de reborns en servicios públicos, como hospitales, o proponen atención psicológica para adultos con vínculos excesivos a estos objetos.

Este fenómeno invita a una reflexión profunda: la Biblia enseña que el ser humano fue creado a imagen y semejanza de Dios, con valor y propósito eternos. Sustituir relaciones reales por vínculos con objetos puede desviar el corazón y la mente de la verdadera fuente de sanidad y significado, que es Cristo.

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