
Escocia ha alcanzado un récord histórico de abortos en 2024, según cifras publicadas esta semana por Public Health Scotland.
Durante el año pasado se realizaron 18.710 interrupciones voluntarias del embarazo, un aumento de 468 casos respecto a 2023, marcando la cifra más alta desde que se lleva registro.
La tasa de aborto entre mujeres de 15 a 44 años también experimentó un leve incremento, situándose en 17,9 por cada 1.000 mujeres, frente al 17,5 del año anterior. Además, el 40% de los procedimientos fueron abortos repetidos, que pasaron de 7.282 en 2023 a 7.670 en 2024.
La organización pro vida Right To Life UK calificó la cifra como una «enorme tragedia». Su portavoz, Catherine Robinson, declaró que “cada uno de estos abortos representa un fracaso de nuestra sociedad a la hora de proteger vidas y apoyar a las mujeres”.
Abortos en casa
Los datos también revelan aumentos en abortos por razones específicas: los casos asociados a síndrome de Down subieron un 15,38% y los selectivos por discapacidad aumentaron un 76,74% respecto a 2018. Asimismo, los abortos entre las semanas 18 y 20 de gestación pasaron de 147 a 152.
El creciente uso del aborto en casa —una práctica que se volvió permanente tras la pandemia— ha generado preocupación entre expertos y legisladores. Robinson advirtió sobre los riesgos de esta modalidad, destacando casos como el de Carla Foster, quien superó el límite legal de 24 semanas sin supervisión médica.
El debate se intensifica en un contexto legislativo cambiante. En 2024, Escocia aprobó la Ley de Servicios de Aborto, que establece zonas de acceso seguro de 200 metros alrededor de las clínicas, y el SNP respaldó incluir el derecho al aborto en una futura constitución escocesa.
Mientras tanto, las encuestas muestran una ciudadanía dividida, pero mayoritariamente a favor de controles más estrictos y consultas presenciales.