
Los extremistas islámicos y las milicias de radicalizados han asesinado a más de 7.000 cristianos en los primeros 220 días de 2025, según estima un nuevo informe de una organización de la sociedad civil, mientras los defensores de los derechos humanos siguen criticando la incapacidad del gobierno nigeriano para proteger a los cristianos.
La Sociedad Internacional para las Libertades Civiles y el Estado de Derecho (Intersociety), con sede en Anambra, dirigida por el criminólogo e investigador cristiano Emeka Umeagbalasi,
informó que al menos 7.087 cristianos «fueron masacrados en toda Nigeria» entre el 1 de enero y el 10 de agosto.
Durante ese tiempo, «no menos de 7.800 personas más fueron violentamente secuestradas y raptadas por ser cristianas», estima el informe. La organización se basa en lo que considera creíbles informes de medios de comunicación locales y extranjeros, informes gubernamentales, informes de organizaciones internacionales de derechos humanos y testimonios de testigos para recopilar datos estadísticos.
La brutal masacre de aproximadamente 7.087 cristianos y el secuestro de otros 7.800 también se tradujo en un promedio de 30 muertes de cristianos al día y más de una por hora, según el informe de Intersociety. Se calcula que 35 cristianos fueron secuestrados diariamente y aproximadamente dos más por hora, durante los últimos 220 días o siete meses y diez días de 2025.
Decenas de miles de cristianos nigerianos han sido asesinados en la última década, y muchos otros han sido desplazados en medio del ascenso de grupos extremistas islámicos como Boko Haram y el Estado Islámico en el noreste y el incremento de ataques llevados a cabo por milicias radicalizadas fulani contra comunidades predominantemente cristianas en los estados del Cinturón Medio.
Aunque algunos observadores internacionales dicen que lo que está sucediendo con las comunidades cristianas en los estados del Cinturón Medio puede cumplir con los estándares de persecución religiosa y genocidio, el gobierno nigeriano sostiene que dicha violencia no es inherentemente religiosa y emana de enfrentamientos entre agricultores y pastores que duran décadas.