
Una asistente de orientación escolar ganó en el Tribunal de Apelaciones del Reino Unido después de que su empleador la despidiera por expresar su preocupación en Facebook sobre materiales LGBT que se enseñaban a niños de escuelas primarias.
Kristie Higgs, una madre cristiana de 48 años y dos hijos, trabajó durante siete años como asistente de orientación estudiantil en la escuela Farmor’s en Fairford, Gloucestershire, antes de su despido en 2019. Había expresado su preocupación en Facebook por la ideología LGBTQ+ que se enseñaba en la escuela primaria de la Iglesia de Inglaterra donde asiste su hijo.
Lord Justice Underhill, Lord Justice Bean y Lady Justice Falk en el Tribunal de Apelaciones revocaron un fallo anterior del tribunal laboral que defendía el despido de Higgs por parte de la escuela.
Higgs dijo en un comunicado de prensa que el fallo del tribunal era importante tanto para la libertad de expresión como para la libertad de religión.
“Los empleadores ya no podrán basarse en sus temores teóricos de daño a la reputación o en preocupaciones subjetivas de ofender a sus empleados para disciplinarlos por ejercer su libertad fundamental de expresar sus creencias más profundas”, afirmó. “El Tribunal de Apelaciones ha establecido ahora un estándar claro para proteger a personas como yo y a los innumerables cristianos de esta nación, para que puedan expresar sus creencias sin temor a perder sus empleos”.
El Centro Legal Cristiano (CLC), que representó a Higgs en el tribunal, calificó la decisión judicial de “innovadora” ya que “reexamina y reformula la ley de Inglaterra sobre discriminación religiosa”.
El fallo confirma que la Ley de Igualdad protege las creencias cristianas tradicionales en cuestiones sociales, como la oposición a las ideas del transgenerismo y la “fluidez de género” y la oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo, según la CLC.
“Esta sentencia, que tiene autoridad, reestructura la legislación sobre la libertad religiosa en el lugar de trabajo”, afirma el CLC. “Por primera vez en el derecho laboral, la sentencia ha establecido efectivamente una presunción legal de que todo despido por una expresión o manifestación de la fe cristiana es ilegal”.
La sentencia explicó que recae sobre el empleador la carga de probar ante el Tribunal de Trabajo que cualquier despido de este tipo puede justificarse objetivamente (no solo que los administradores creyeron que estaba justificado) y que fue prescrito por la ley, proporcionado y necesario en una sociedad democrática para abordar una necesidad social apremiante, según la CLC.
Además, el Tribunal de Apelación dictaminó que el despido de Higgs era legal sólo si estaba “objetivamente justificado según lo prescrito por la ley y era necesario en una sociedad democrática”, afirmó la CLC.