
Durante la ceremonia de clausura del Foro Económico Brasil-Francia, celebrada en París, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva (PT) sorprendió con declaraciones personales al manifestar su deseo de vivir hasta los 120 años.
“El otro día vi en una revista que ya nació un hombre que vivirá 120 años. Entonces pensé: ¿por qué no yo? Como creo que existe el cielo, debe ser maravilloso, pero prefiero quedarme aquí en la Tierra”, dijo Lula. “Sinceramente, le pido a Dios que me deje aquí, porque tengo mucho que hacer”.
El foro reunió a líderes empresariales y autoridades gubernamentales de ambos países para discutir temas estratégicos como la transición energética, innovación tecnológica, infraestructura y oportunidades de inversión bilateral.
Lula destacó la importancia del compromiso y el trabajo continuo, criticando a quienes no se esfuerzan: “El mundo no protege a quienes se quedan en casa descansando. Hay que salir a trabajar”.
El mandatario también mencionó su rutina diaria como símbolo de su vitalidad: “Me levanto todos los días a las 5:30, hago dos horas de ejercicio y me acuesto a medianoche escuchando noticias negativas sobre mí, y aun así soy feliz”.
Sin hacer referencia directa a su caída en las encuestas —que según el portal Pleno News alcanza un 56% de rechazo—, Lula insistió en que aún tiene mucho por aportar, tanto en lo político como en lo personal.
Además, recordó la histórica promesa incumplida del abastecimiento de agua al nordeste brasileño, afirmando que su gobierno fue el primero en llevarla a cabo: “Dios dejó el sertón sin agua porque sabía que yo sería presidente y traería agua allí”.
El foro concluyó con promesas de cooperación reforzada entre Brasil y Francia.