Un estudio del Pew Research Center reveló cambios significativos en la composición religiosa mundial entre 2010 y 2020. El cristianismo sigue siendo la religión más grande del mundo , aunque su participación en la población mundial ha caído al 28,8%, debido a la desafiliación religiosa, especialmente en Europa y las Américas.
Por otro lado, el Islam fue la religión de más rápido crecimiento, incrementando su participación al 25,6% de la población mundial, impulsado por altas tasas de natalidad y una población joven.
Además, el número de personas sin afiliación religiosa ha crecido significativamente, alcanzando el 24,2% de la población mundial, lo que refleja un alejamiento de las religiones organizadas.
cristianos y musulmanes
Aunque el número total de cristianos, considerando todas las denominaciones, aumentó a 2.300 millones, la participación de esta religión en la población mundial cayó 1,8 puntos porcentuales al 28,8%, debido principalmente a la desafiliación.
La población musulmana creció al mismo ritmo, alcanzando el 25,6%, según un informe basado en el análisis de más de 2.700 censos y encuestas sobre cambios en la demografía religiosa.
«Es notable que haya habido un cambio tan dramático en un período de 10 años», dijo Conrad Hackett del Pew Research Center, autor principal del informe.
Durante este período, las poblaciones musulmana y cristiana se acercaron en tamaño. Los musulmanes crecieron más rápido que cualquier otra religión importante.
El crecimiento del islamismo, según el informe, está vinculado a la población musulmana más joven, con una edad promedio de 24 años, mientras que el promedio mundial entre los no musulmanes era de 33 años en 2020.
Además, las mayores tasas de fecundidad en algunas regiones y las menores tasas de desafiliación contribuyeron a esta expansión, especialmente en comparación con otras religiones como el cristianismo.
“Entre los jóvenes adultos, por cada persona en el mundo que se convierte al cristianismo, hay tres personas criadas como cristianas que abandonan la fe”, afirmó Hackett.
Cambio de religión
El informe señala que el cambio de religión, especialmente entre los cristianos, ha impulsado el crecimiento del número de personas sin religión.
En 2020, alrededor del 24,2% de la población mundial no se identificaba con ninguna fe, lo que supone un aumento respecto del 23,3% en 2010.
Según Hackett, investigaciones previas indicaban que la población no afiliada disminuiría debido al envejecimiento y a las bajas tasas de natalidad. Sin embargo, el alejamiento de la religión, especialmente del cristianismo, ha contribuido al crecimiento de este grupo.
China tiene la mayor población de personas sin afiliación religiosa, con 1.300 millones de una población total de 1.400 millones. Le sigue Estados Unidos, con 101 millones de personas sin afiliación religiosa de un total de 331,5 millones, mientras que Japón tiene 73 millones de una población total de 126,3 millones.
Caída del budismo
Los budistas fueron el único grupo religioso que vio una disminución en sus seguidores, pasando de 343 millones en 2010 a 324 millones en 2020, debido a la desafiliación y una baja tasa de natalidad.
Los hindúes y los judíos, por otra parte, mantuvieron proporciones estables en relación con la población mundial, como señala el informe.
“A veces escuchamos rumores de un resurgimiento religioso, y ciertamente es posible que en ciertos lugares la religión pueda crecer”, dijo Hackett.
“Pero en este cuidadoso estudio de 10 años que hemos realizado, la tendencia general es que en muchos lugares la gente se está alejando de la religión”.
Hackett predice que el movimiento hacia la convergencia entre cristianos y musulmanes continuará, impulsado por los patrones de cambio religioso, las diferencias de edad y las tasas de fertilidad. Si las tendencias actuales continúan, el islam podría convertirse en la religión más extendida del mundo en los próximos años.
«El próximo paso en nuestro trabajo continuo en este proyecto será realizar algunas proyecciones demográficas de la población para proporcionar nuevas estimaciones de cuándo exactamente podrían converger», dijo Hackett.